Heladero de las mil voces
A la distancia nada hace presagiar la insólita técnica de voceo del vendedor playero Marcelo Salazar. Camina tranquilo y ofreciendo sus productos, pero todos lo siguen con las miradas y va dejando una estela de sonrisas de admiración.
El misterio desaparece, o comienza, cuando uno lo escucha, dado que es capaz de hacer varias voces para ofrecer el "Helado de mango leche". Es como si fuera poseído por personalidades múltiples, puesto que no sólo vocea sus productos cambiando los tonos de voz, sino que también mantiene los personajes e incluso los hace interactuar con sus compradores.
Sus voces clásicas son "ronca", "fina" y "llorosa". La primera es parecida al mítico Epidemia de Cachueros, mientras que la segunda es como escuchar a una niña y la última es similar al de una persona al borde del llanto.
Marcelo Salazar es oriundo de Santiago y viajó hace años a Iquique en busca de oportunidades. Aquí se enamoró de Janeth Herrera, con quien ttiene dos hijos Aylin (1) y Lucas (5), quienes formaron una bella familia junto a Joel Cabrera, hijo de Janeth.
Este innato emprendedor cuenta que comenzó la técnica de cambiar las voces en 1994, cuando por necesidades económicas empezó a vender empanadas a cien pesos en la playa.
Salazar confesó que es una persona tímida y que mediante el cambio de voces ganó personalidad y, al mismo tiempo, se dio cuenta que llamaba la atención de los clientes.
El 2002 cambió su producto y vendió dulces de La Ligua, en ese tiempo, la oferta era 7 dulces por mil pesos.
Sin embargo, desde el 2009 a la fecha se transformó en el reconocido vendedor de helados.
TRABAJO
Cada día a las 11 horas, Marcelo Salazar se traslada desde su hogar en la comuna de Alto Hospicio hasta Cavancha con un contenedor frío cargado de helados de agua y el apetecido "mango leche".
Con un gran grito que alcanza varios metros de distancia, Salazar conquista a los iquiqueños y turistas con su destacado "Mango, leche, helado" a tres voces.
Salazar cuenta que sus voces nacieron prácticamente solas y afirma que ya son parte de Iquique. "La razón para continuar desarrollando esta técnica es poder robarle una sonrisa a la gente. Quiero entregarles un minuto de alegría a aquellos que no han pasado un buen día".
Asimismo, agregó que el método también funciona como distracción, ya que el ambulante pasa prácticamente todo el día trabajando. "Me gusta interactuar con la gente, por ejemplo, cuando alguien me solicita un helado, yo le respondo con una voz y luego le cambió el tono a cada palabra mientras sigo conversando. Lo más entretenido es cuando las personas participan de mis gritos".
PERSONA
Marcelo Salazar es una persona humilde, que con sus palabras expresa su sencillez y perseverancia por surgir y darle sustento a su familia.
Confesó que durante el año trabaja en empresas o locales comerciales, pero no ha tenido buena suerte con los jefes y por eso todos los veranos trabaja en la playa, "como una manera de juntar fuerzas para sobrellevar el año".
Salazar también manifestó que a veces tiene momentos desagradables cuando "algunos jóvenes son irrespetuosos y gritan improperios. Me gustaría hacer un llamado a ellos y que tengan más respeto".
El comerciante vende sus preciados helados a 300 pesos y aunque confesó que algunos los encuentran caro, considera que es un valor justo para la gente.
Confesó que si algún día es más conocido, nunca cambiará su forma de ser y mantendrá su humildad y cercanía con la gente por sobre todo.
Finalmente al ser consultado por su habilidad vocal parecida a la del humorista Stefan Kramer, mencionó que sus voces las creó antes que Kramer fuera conocido. Pero acotó que nunca se le ha pasado por la cabeza ser actor o humorista.
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